
Muchas veces existen trastornos en el orden entre padres e hijos, por ejemplo cuando un hijo en lugar de limitarse a tomar y respetar a sus padres intenta, colocándose en un lugar de par, ser él quien da, o bien superarlos. Esto ocurre en general cuando los padres no tomaron lo suficiente dentro de su relación de pareja. Situaciones en las que el orden de dar y recibir va contra la ley de gravedad.
El dar de los padres es un regalo, una bendición de la vida, sin embargo, muchos hijos, al no soportarlo, lo rechazan. ¿Cuáles son las consecuencias de esto? El fracaso en la vida, porque al no haberse llenado lo suficiente , la fuerza para afrontar el camino es menor, no es la suficiente. Además el romper con la naturalidad de ese tomar provoca culpa. "Tomar en todo sentido la vida tal como es, en su plenitud", recomienda Hellinger.
Si hemos podido tomar a nuestros padres, tenemos incorporada una riqueza interior que nos permite avanzar y ellos se ubican detrás nuestro y nos miran con buenos ojos, entonces, poseemos la fuerza para formar una buena pareja, donde reine el intercambio positivo entre el dar y el tomar. Luego, toda esta abundancia (de nuestros padres y nuestra pareja) podemos pasarla a nuestros hijos. Así el movimiento siempre es hacia delante. De lo contrario, quedamos varados en el pasado, siempre volviendo...

Los hijos que pueden tomar a sus padres, son libres, siguen su camino y éstos los mirarán con buenos ojos. El tomar a quienes nos dieron la vida tiene el efecto paradojal de separar y de permitirnos, a su vez, construir lo propio.
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