Cambiar no es cambiar, y no es un juego de palabras.
Cambiar es transformarnos. Cambiar es elegir trascender-ir mas allá-de la forma limitante en que nos manifestamos hoy.
Cambiar no es cambiar el QUIEN SOY sino EL COMO SOY.
Esta aclaración es importante, porque cuando nos planteamos el cambio lo que en verdad nos proponemos es convertirnos en otro ser, en alguien distinto, en quien no somos. Y como tal cosa es imposible, nos condenamos a la frustración y el fracaso.
He aquí la paradoja, “Dado que solo puedes, si cambias volverte quien ya eres quien siempre fuiste y quien siempre serás. La meta del cambio es convertirte en ti mismo”.
Cambiar es retornar a tu hogar, volver al punto de partida del que en realidad jamás te moviste.
Cuándo te dices que necesitas cambiar…
¿Qué
te dices y como te lo dices?
¿Qué
aspectos de ti te planteas cambiar?
Si
lograras esos cambios, ¿continuarías
siendo tu?
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