jueves, 1 de marzo de 2012


Expresar para concluir:

Es posible, que te topes frecuentemente con algunas situaciones inconclusas, fundamentalmente con las cosas que no comunicaste adecuadamente, como hoy querrías hacerlo, y con cosas que sencillamente no comunicaste.
Estas situaciones inconclusas actúan como verdaderas detenciones vitales, por lo que es necesario concluirlas y aunque no lo creas, no es necesario la presencia física de la persona con quien dejaste una situación trunca, para lograr cerrarla, incluso puedes hacerlo con quienes ya no están disponibles, esto puedes hacerlo porque el efecto de la situación inconclusa esta en ti y por lo tanto tu eres quien a través de una adecuada expresión necesitas liberarte, para cerrar tus “aberturas emocionales” recurriremos a la siguiente técnica:
•Coloca dos sillas vacías frente a frente, siéntate en una de ellas, cierra los ojos y has unas cuantas respiraciones profundas por la boca exhalando como si junto con el aire quisieras eliminar tus dificultades de comunicación. Pon, imaginariamente en la silla que esta frente a ti a una de las personas con las que crees que hay cosas pendientes.
•Visualízala manteniendo tus ojos cerrados y date cuenta que ocurre en ti al estar en esa situación. Intenta identificar claramente el sentimiento.
Dirígete en voz alta a el o a ella y hazle saber que te hace sentir el estar allí
“estar frente a ti me hace sentir…”
•A continuación transmíteles, todo lo que necesites, siendo frontal y claro y procura que tus palabras sean el fiel reflejo de tu estado interno.
Una vez hecho esto y sin abrir los ojos, cámbiate de silla y imagina que te conviertes en la otra persona y tomate un tiempo para sentir siendo él o ella. Y luego responde.
Cambia de silla, cuantas veces sea necesario.
Concluye el dialogo cuando sientas y sepas que se completo.
•Terminada la experiencia, tomate unos minutos para estar contigo mismo.

Puede aparecer la sensación de que disponemos de nuevos niveles de energía y eso se debe a que recuperamos la energía que hasta entonces estábamos empleando en mantener situaciones inconclusas y sentimientos derivados de ellas, sentiremos cambios, también hacia los demás. El dialogo opera el milagro de volver a ser más abiertos, escuchadores, comprensivos y compasivos y a veces descubrimos que detrás del resentimiento se escondían sentimientos de amor.
Solo así, estamos en condiciones de dar el paso más importante: PERDONAR.
Porque solo una experiencia personal se concluye, se cierra efectivamente, cuando somos capaces de perdonar.
El perdón, es el vehículo mágico capaz de conducirnos desde el rencor hacia el amor.
El perdón, es la manifestación más pura del amor.
Perdonar es algo diferente a olvidar. Olvidar es imposible, perdonar depende exclusivamente de ti. Perdonar es asumir que el hecho existió y que tú eliges trascenderlo, ir mas allá de la ofensa o herida. Perdonar es reconocer que todos incluido tu mismo funcionamos lo mejor que sabemos y podemos.
Perdonar, es aceptar que todos somos falibles y perfectibles.
Perdonar, es darte cuenta que todos somos obras no acabadas, seres en evolución a través del aprendizaje-
Perdonar, es apostar que a través de lo aparente de cada uno, se esconde la maravilla de un ser sagrado.
Negarte a perdonar, es elegir mantenerte intoxicado por los sentimientos.
Negarte a perdonar, es elegir desconectarte de los sentimientos de amor que podrían surgir.
Negarte a perdonar, es elegir mantenerte en la rabia por miedo al amor.
Negarte a perdonar, es elegir permanecer en el odio, para evitar comprometerte con el amor.
Negarte a perdonar, es elegir desconocer una de tus necesidades más profundas: perdonarte a ti mismo. El auto perdón, es la llave de tu transformación personal y para acceder a él tienes que atravesar por la experiencia de ser capaz de perdonar a los demás.
Ejercicio:

Sentado cómodamente, cierra los ojos, afloja la mandíbula y respira unas cuantas veces, exhalando junto con el aire viciado, liberando tus viciados sentimientos de rencor.
Visualiza a cada una de las personas con la que estas resentido, contémplalas por un instante y estira tu mano hacia ellas, como si quisieras tomar las suyas, mientras dices en voz alta: “fulano, en este instante elijo perdonarte por…”. Coloca tu mano sobre tu pecho y di en voz alta, sintiendo lo que dices “en este instante, yo elijo perdonarme por…”.Repite esta experiencia cuantas veces sea necesario. Insiste hasta que sientas que lo que dices brota no de tu boca sino de tu corazón.

El perdón, es el vehículo mágico capaz de conducirnos desde el rencor hacia el amor.

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