Expresar para concluir:
Es posible, que te topes frecuentemente con algunas
situaciones inconclusas, fundamentalmente con las cosas que no comunicaste
adecuadamente, como hoy querrías hacerlo, y con cosas que sencillamente no
comunicaste.
Estas situaciones inconclusas actúan como
verdaderas detenciones vitales, por lo que es necesario concluirlas y aunque no
lo creas, no es necesario la presencia física de la persona con quien dejaste
una situación trunca, para lograr cerrarla, incluso puedes hacerlo con quienes
ya no están disponibles, esto puedes hacerlo porque el efecto de la situación inconclusa
esta en ti y por lo tanto tu eres quien a través de una adecuada expresión
necesitas liberarte, para cerrar tus “aberturas emocionales” recurriremos a la
siguiente técnica:
•Coloca dos sillas vacías frente a frente, siéntate
en una de ellas, cierra los ojos y has unas cuantas respiraciones profundas por
la boca exhalando como si junto con el aire quisieras eliminar tus dificultades
de comunicación. Pon, imaginariamente en la silla que esta frente a ti a una de
las personas con las que crees que hay cosas pendientes.
•Visualízala manteniendo tus ojos cerrados y date
cuenta que ocurre en ti al estar en esa situación. Intenta identificar claramente
el sentimiento.
Dirígete en voz alta a el o a ella y hazle saber
que te hace sentir el estar allí
“estar frente a ti me hace sentir…”
•A continuación transmíteles, todo lo que necesites,
siendo frontal y claro y procura que tus palabras sean el fiel reflejo de tu
estado interno.
Una vez hecho esto y sin abrir los ojos, cámbiate
de silla y imagina que te conviertes en la otra persona y tomate un tiempo para
sentir siendo él o ella. Y luego responde.
Cambia de silla, cuantas veces sea necesario.
Concluye el dialogo cuando sientas y sepas que se
completo.
•Terminada la experiencia, tomate unos minutos para
estar contigo mismo.
Puede aparecer la sensación de que disponemos de
nuevos niveles de energía y eso se debe a que recuperamos la energía que hasta
entonces estábamos empleando en mantener situaciones inconclusas y sentimientos
derivados de ellas, sentiremos cambios, también hacia los demás. El dialogo
opera el milagro de volver a ser más abiertos, escuchadores, comprensivos y
compasivos y a veces descubrimos que detrás del resentimiento se escondían sentimientos
de amor.
Solo así, estamos en condiciones de dar el paso más
importante: PERDONAR.
Porque solo una experiencia personal se concluye,
se cierra efectivamente, cuando somos capaces de perdonar.
El perdón, es el vehículo mágico capaz de
conducirnos desde el rencor hacia el amor.
El perdón, es la manifestación más pura del amor.
Perdonar es algo diferente a olvidar. Olvidar es
imposible, perdonar depende exclusivamente de ti. Perdonar es asumir que el
hecho existió y que tú eliges trascenderlo, ir mas allá de la ofensa o herida.
Perdonar es reconocer que todos incluido tu mismo funcionamos lo mejor que
sabemos y podemos.
Perdonar, es aceptar que todos somos falibles y
perfectibles.
Perdonar, es darte cuenta que todos somos obras no
acabadas, seres en evolución a través del aprendizaje-
Perdonar, es apostar que a través de lo aparente de
cada uno, se esconde la maravilla de un ser sagrado.
Negarte a perdonar, es elegir mantenerte intoxicado
por los sentimientos.
Negarte a perdonar, es elegir desconectarte de los
sentimientos de amor que podrían surgir.
Negarte a perdonar, es elegir mantenerte en la
rabia por miedo al amor.
Negarte a perdonar, es elegir permanecer en el
odio, para evitar comprometerte con el amor.
Negarte a perdonar, es elegir desconocer una de tus
necesidades más profundas: perdonarte a ti mismo. El auto perdón, es la llave
de tu transformación personal y para acceder a él tienes que atravesar por la
experiencia de ser capaz de perdonar a los demás.
Ejercicio:
Sentado cómodamente, cierra los ojos, afloja la
mandíbula y respira unas cuantas veces, exhalando junto con el aire viciado,
liberando tus viciados sentimientos de rencor.
Visualiza a cada una de las personas con la que
estas resentido, contémplalas por un instante y estira tu mano hacia ellas,
como si quisieras tomar las suyas, mientras dices en voz alta: “fulano, en este instante elijo perdonarte
por…”. Coloca tu mano sobre tu pecho y di en voz alta, sintiendo lo que
dices “en este instante, yo elijo
perdonarme por…”.Repite esta experiencia cuantas veces sea necesario.
Insiste hasta que sientas que lo que dices brota no de tu boca sino de tu corazón.
El perdón, es el vehículo mágico capaz de conducirnos desde el rencor
hacia el amor.
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