Un cuento para reflexionar ¿Que soy?
El pequeño aguilucho se sentía incomodo y no comprendía
el porqué de tal situación. Mas la incomodidad era obvia.
Si durante varias semanas se había sentido
abrigado, alimentado, protegido y seguro dentro del huevo, ¿Qué le ocurría
ahora?.
El huevo era el mismo. Intento mover sus alitas y
no pudo. Los limites del huevo avíense vuelto escasos e insatisfactorios.
Intento respirar y no puro.
El aire del huevo aviase vuelto toxico. Intento
estirar sus patitas y no pudo. El poco espacio del huevo le impedía moverse.
De pronto comprendió que permanecer en el huevo
implicaba aprisionamiento e inmovilidad. El huevo era el mismo. El, ya no era
el mismo.
A través del cascaron se comunico con su mama águila,
¿Qué puedo hacer mama? – Amado hijo, solo tienes una alternativa: Romper el
cascaron y abandonar el huevo. Ya no puedes contener tu necesidad de
crecimiento y tu crecimiento pide un nuevo mundo.
El aguilucho dejo vagar su mirada por el huevo y su
joven pecho se encogió como si quisiese volver a ser pequeñito.
Vacilante, quebró con su piquito las paredes de
huevo y luego se cobijo bajo las cálidas alas del águila. Nuevamente pudo mover
sus alitas, nuevamente pudo alimentarse, nuevamente pudo respirar y nuevamente
pudo estirar sus patitas.
La incomodidad habíase convertido en un recuerdo,
ahora todo estaba en orden. Paso un tiempo, el aguilucho continuo desarrollándose
y nuevamente se sintió incomodo sin comprender el porqué. Durante varias
semanas habíase sentido abrigado, alimentado, protegido y seguro en el nido. ¿Qué
le ocurría ahora? El nido era el mismo. Intento abrir sus no tan pequeñas alas
y no pudo. De pronto comprendió que los límites del nido le aprisionaban y
inmovilizaban. El nido era el mismo. El, ya no era el mismo. Confundido se
comunico con su mama águila ¿Qué puedo hacer mama? – Amado hijo, solo tienes
una alternativa: Abandonar el nido, ya no puedes contener tu necesidad de
crecimiento y tu crecimiento pide un nuevo mundo.
El aguilucho dejo vagar su mirada sobre el nido y sintió
que algo (otro cascaron) estaba quebrándose, miro a su mama y su joven pecho se
encogió como si quisiese volver a ser pequeñito. Vacilante se paro en el borde
del nido, contemplo la inmensidad del espacio desplego sus alas, y se lanzo a volar. La incomodidad se había convertido
en un recuerdo. Ahora todo estaba en orden. Sabía que algún día, también tendría
que romper este nuevo cascaron y abandonar este nuevo nido, pero aquí y ahora
el cielo era todo suyo.
Vivir es un constante transformarte,
romper cascarones, abandonar nidos y lanzarte a volar.
Vivir es un constante dejar lo viejo y
abrirte a lo nuevo.
Vivir es un constante darte cuenta de
que nada es permanente.
Vivir es un constante percatarte de que
solo puedes lograr la permanencia a través de la mutación.
Vivir es un constante no resignarte.
Vivir es un constante atreverte a
cambiar.
¿Crees que eres muy diferente al pequeño aguilucho?
¿Qué tal tu huevo/nido actual?
¿Te sientes cómodo en el?
¿Puedes alimentarte, respirar y moverte como lo necesitas y quieres?
Si estas pronto y decidido a lanzarte a volar siente y vive.
Créeme que volar, no es solo para los pájaros.
Con toda la fuerza del inicio, con todo mi amor es lo que le deseo a mi socia.
Silvana
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