Cuando tenemos vergüenza, cuando descubrimos que nuestra
conducta está fuera de lugar, pero que la tapamos rápido porque produce amenaza
a nuestra imagen.
Algunas no las registramos siquiera como fantasías asesinas,
suicidas o envidias porque nos contactaría inmediatamente con nuestra
oscuridad, esta represión es la negación.
No nos damos cuenta,
de que no nos damos cuenta.
Aparece generalmente frente a la crisis, porque estamos
frente a un cambio y nos replanteamos nuestros valores y creencias ya que ese
cambio es romper nuestros límites conocidos.
La depresión también es una manifestación de nuestra sombra.
También suele aparecer en la mitad de la vida; la necesidad
de encontrarnos con nuestra otra parte se posterga por infinitud de causas. Exceso
de trabajo, distracciones de todo tipo, la toma de antidepresivos, las drogas,
etc. También aparece como melancolía y nuestras enfermedades físicas son la expresiones más evidentes y llenas de significado de cuanto hemos negado nuestra sombra. Por
eso el nuevo concepto de salud y calidad de vida nos exige resignificar todos
estos símbolos y escuchar los mensajes del cuerpo y de nuestra psiquis.
La sombra colectiva:
Cuando leemos el diario, o prendemos la televisión vemos una
cabal muestra de la sombra colectiva. La sombra colectiva es la maldad humana,
y está impresa actualmente en todos los rincones de nuestra sociedad y hasta
juega con nuestro dinero en las entidades financieras, sistemas judiciales, en
la sed de poder de los políticos, conduce ejércitos invasores, trafica armas,
envenena nuestros mares y alimentos y llena de pesticidas la tierra.
Esto no es un delirio de algún nuevo sistema místico; es
nuestra realidad cotidiana, que nos lleva al fanatismo y a la criminalidad.
Tenemos apetito más que nunca ahora por la totalidad que se manifiesta por el
sofisticado engranaje de la comunicación global y por la hipocresía generalizada.
Algunos individuos y grupos viven con una realidad socio-económica
mejor que otros que terminan siendo objeto de la proyección grupal negativa de
la sombra colectiva; como la caza de brujas, el racismo o el proceso de creación
de enemigos. Para Estados Unidos, el comunismo de Rusia es el mal. Para los
musulmanes, Estados Unidos es la representación de Satán. Para los nazis los judíos,
para los monjes, las brujas están asociadas con el demonio, etc.
El poder hipnótico y la fuerza de esas emociones es evidente
en las persecuciones raciales y religiosas.
La sombra en la historia tomó forma de monstruo a dragón, Frankestain
o un extraterrestre, etc.
Cuando usamos el arte o los medios de comunicación para
referirnos a alguien y convertirlo en diablo, incluida la propaganda política
estamos intentando debilitarlo y tener poder sobre él.
La proyección se da también en el cine de terror o el cine
violento porque nos permite liberar nuestros impulsos más perversos en un
entorno seguro que ofrece un libro o una sala cinematográfica.
Los cuentos para niños, con la lucha del bien y del mal (hadas
y demonios) y de esa manera, iniciamos a los niños en la sombra identificándolos
con héroes y heroínas ; también en las novelas y en la música.
El cuento “Caperucita Roja” no permite a los niños afrontar
el mal con lo que deberán tropezarse a lo largo de su vida. Cada familia, igual
que cada sociedad tiene sus propios tabúes, su oscuridad.
La sombra familiar engloba todos los sentimientos y acciones
que la familia considera amenazadoras para su propia imagen y las rechaza.
Para una familia cristiana, puede tratarse de una adicción a
la bebida o casarse con alguien de otra religión.
El abuso sexual, el maltrato conyugal, el abuso infantil hoy
es una epidemia de la sombra.
La sombra tiene su origen en la evolución misma del hombre,
ya que nuestros ancestros animales, sobrevivieron gracias a sus uñas y dientes,
y si bien nuestra bestia está enjaulada el mayor tiempo, está viva y al asecho.
Nuestra maldad es el resultado de reprimir nuestra
agresividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario